El punto de partida en todo diseño es el hombre. La antropometría (medida del hombre) cumple una función muy importante en la arquitectura, donde se emplean datos sobre la distribución de medidas corporales y adecuarlos a los espacios.

La arquitectura está subordinada a unas medidas que la hacen o no habitable. Imaginemos un edificio en el que las ventanas están situadas por encima de nuestras cabezas y para asomarnos tuviésemos que subirnos a un taburete. Sería bastante incómodo y muy poco funcional.

Las medidas en arquitectura son esenciales para consolidar la tríada firmeza-utilidad-belleza. La medida es fundamental para el cálculo estructural, el cumplimiento de las funciones y la armonía compositiva.

Le Corbusier, famoso arquitecto, creó el Modulor, un sistema métrico que relaciona las medidas del cuerpo y de la naturaleza, para establecer una base de las medidas arquitectónicas. Le corbusier decía acerca de su pequeña obra Le Cabanon: “Tengo un castillo en la Costa Azul que tiene 3,66 metros por 3,66 metros (…) Una puerta minúscula, una escalera exigua y el acceso a una cabaña incrustada debajo de los viñedos. Solamente el sitio es grandioso, un golfo soberbio con acantilados abruptos”.


Práctica

Replanteo de una habitación tipo: partiendo del plano de una habitación estándar dibujado sobre papel cuadriculado, se reproduce a escala 1:1 la estancia utilizando cinta adhesiva de colores.

Medida de objetos cotidianos: cada niño recibe una cinta métrica para tomar las medidas de la silla y la mesa que ocupan cada día.

Replanteo de tu habitación: cada niño dibujará la planta de su habitación sobre una cuadrícula de 30 x 30 cm. Debe situar los principales elementos (puertas, ventanas, mobiliario) y anotar sus dimensiones.